(Publicado en el periódico La Fuerza – Diciembre de 2023)
Queridos compañeros:
Finaliza el 2023, y con ello se cumplen tres años desde el inicio de la actividad pública de nuestra organización. Cada cierre de año es una costumbre necesaria realizar una evaluación de nuestro camino, para poder continuar en el cumplimiento de nuestros fines y objetivos: la defensa del patrimonio de nuestro pueblo y de los derechos de los trabajadores.
Iniciando por lo primero, el año que fenece ha sido de resistencia. La ANTEP tuvo que salir en defensa de las empresas de energía e hidrocarburos del país, sobre las cuales se posaron y se siguen posando los ojos de los privatizadores. Nuestro trabajo no ha sido declarativo y panfletario, sino científico y argumentativo. Los trabajadores hemos sabido utilizar la ciencia para demostrar que ninguna de las intenciones de entregar los campos petroleros e instalaciones al sector privado, suponen beneficio alguno al país; por el contrario, hemos demostrado con cifras cómo la previa privatización de campos, ha significado una merma importante en la renta estatal en beneficio de particulares.
En esa línea, este año tuvimos que denunciar públicamente el interés detrás de cada medida o declaración del ex Ministro de Energía, Santos Alvite, defender Sacha, las Refinerías, Amistad, las empresas generadoras, etc. Denunciamos la intención de extender el contrato del OCP (aún en marcha) y el deliberado debilitamiento de Petroecuador.
El fantasma de la corrupción fue el caballo de lucha con el que se intentó desprestigiar a las empresas públicas. Mediante distintos pronunciamientos y análisis serios, sostenidos con datos y argumentos, debilitamos aquellos ataques, pues comprendemos que la única razón de explotar esos problemas es entregar estas empresas a manos privadas y no brindar soluciones reales a los problemas. No les interesa eliminar la corrupción, sino beneficiarse de ella.
Debemos agradecer a todos los compañeros que nos ayudaron con su aporte técnico para levantar la defensa del patrimonio de la nación. Nuestra fortaleza en este campo, está precisamente en nuestra experticia en los diferentes temas. Juntos, hemos logrado convertirnos en un referente nacional de la defensa de los sectores estratégicos.
Un capítulo aparte merece la consulta popular sobre el ITT. A pesar de haber tenido un resultado electoral adverso, fue la primera vez que los trabajadores, con recursos propios y limitados, organizamos una campaña nacional de semejante envergadura. Fue la primera ocasión, en que decenas de activistas se movilizaron en las zonas populares del país para explicar el problema del petróleo a la población. ¡Y vaya que fuimos bien recibidos! Los trabajadores que participaron en la campaña pudieron palpar que nuestra fuerza estará siempre al lado de nuestro pueblo y no de las élites.
A pesar de la derrota electoral, el éxito de esta campaña fue desnudar por primera vez ante la opinión pública, a los capitales verdes y sus fundaciones y ONG que actúan en el país. Los trabajadores fuimos los primeros en develar a una supuesta izquierda, que en realidad defiende interés de capitales extranjeros. Hemos dado un paso importante en el interés de limpiar las filas de la lucha popular.
En cuanto a lo segundo, el año fue de recuperación de derechos laborales. Para los servidores públicos de Petroecuador se logró recuperar los derechos que les habían sido arrebatados. La jubilación patronal, la indemnización por desahucio y el pago de las remuneraciones variables, fueron reconquistados por nuestra organización y movilización.
Precisamente en lo organizativo, este año recuperamos aún más la capacidad de movilización. Varias protestas se llevaron a cabo, tanto en Quito como en los distintos campamentos y locaciones. Nos hermanamos en la lucha, salimos de la inercia de una quietud a la que se nos sometió durante años. Hemos logrado comprender juntos, que la movilización y la lucha son el único camino a la victoria.
Lastimosamente hemos llegado al punto en que hasta el simple cambio de colchones en campamentos o dotación de aires acondicionados nace de nuestra movilización. Hemos tenido que luchar, no solo contra la corrupción en las empresas, sino también contra la corrupción sindical. Pero es esto precisamente, lo que nos ha hecho más fuertes. ANTEP ha demostrado que, con ética y rendición de cuentas, se obtiene el apoyo colectivo de los trabajadores.
En 2023, los trabajadores también tuvimos que sufrir persecución. Varios compañeros fueron despedidos, por no prestarse a actos indebidos, por haber luchado contra la corrupción en sus diferentes formas. Nos solidarizamos con esos compañeros y seguimos esperando su regreso.
En cuanto a lo organizativo, hemos constituido a nuestro núcleo de activismo, como un paso importante para que la ANTEP crezca. Lanzamos una nueva edición de la Escuela Sindical que culminó con éxito. Sin embargo, aún nos falta seguir fortaleciendo al activismo y al equipo de dirigentes. Ésta será una tarea prioritaria en 2024.
Es indispensable continuar levantando y fortaleciendo nuestra organización. Hemos caminado mucho en tres años, pero aún nos queda mucho por recorrer. Este tiempo nos ha servido para entender que la solidaridad, la unidad, la lucha y la movilización son el camino correcto.
Es necesario agradecer a todos los compañeros que de una u otra forma han permitido hacer grande a la ANTEP. Recordamos con cariño a quienes nos apoyaron con ahínco. A la memoria de nuestro camarada Gustavo Cachimuel, ejemplo de lucha personal y colectiva, le dedicamos nuestro 2023. Invitamos a todos nuestros compañeros a seguirse sumando a
la ANTEP.
Somos lo mejor del sindicalismo, somos el espíritu combativo y ético de la clase trabajadora, somos la vanguardia nacional en la defensa de nuestros recursos.
¡Salud y éxitos a todos nuestros compañeros este 2024!
¡A seguir luchando por la Patria Nueva!