Sacha: Si Noboa lo privatiza se perdería USD 500 millones por año

En publicación del portal El Oriente, del 11 de marzo de 2024, se recoge declaraciones que habría dado el Presidente Daniel Noboa, en un encuentro con inversionistas en la ciudad de Nueva York, respecto del campo petrolero Sacha. Según el portal, Noboa “señaló que espera concesionar a manos privadas el campo Sacha, considerado la “joya de la corona” del sector petrolero nacional, el de mayor producción con 78 mil barriles por día (bpd)”.

La aspiración de los privados de hacerse con el campo no es nueva, como tampoco son nuevas las declaraciones desatinadas y sin fundamento del actual presidente en materia petrolera.

Respecto de lo primero, la aspiración de los privados, ya en un artículo previo habíamos hablado de las aventuras del ex Ministro de Energía, Fernando Santos Alvite, que en varias oportunidades manifestó su intención de entregar a manos privadas el campo. Respecto de lo segundo, las declaraciones desatinadas en materia petrolera, todavía recordamos el debate de la primera vuelta presidencial en 2023, cuando el entonces candidato Noboa dijo que el ITT no le dejaba recursos al país, razón por la cual apoyaba su cierre, para después en 2024, ya en funciones como Presidente, reconociera que debería plantearse una moratoria para el cierre del campo, buscando mantener “los recursos económicos tan necesarios”. Sí, esos mismos recursos que supuestamente no generaba.

Hablan de privatizar Sacha sin mostrar datos, cifras ni cálculos sustentados. Esto no es materia de ideología, nosotros siempre hemos dicho que lo que se afirma se debe basar en la realidad concreta, expresada a través de las cifras y la matemática.

¿Cómo saber si es conveniente privatizar o no Sacha? Analizando lo que ya ha pasado en el privatizado campo Auca. Basta realizar una comparación de las “maravillas” de la empresa privada en Auca, y el “bajo rendimiento” estatal en Sacha. (Este análisis ya lo publicamos en julio de 2023 y hoy lo presentamos nuevamente)

Auca es un campo que produciendo en el 2015 aproximadamente 71 mil barriles de petróleo por día, se entregó a la empresa Schlumberger bajo un contrato de prestación de servicios a través del Consorcio Shaya S.A. La excusa en aquel entonces era la misma de hoy en la pretensión de entregar Sacha: la supuesta falta de capital para invertir de parte de la empresa estatal.

Se puede tener alta producción con baja rentabilidad, así como se puede tener menor producción con altísima rentabilidad. El enfoque del incremento de producción apunta a justificar la privatización, el enfoque de aumentar la rentabilidad apunta a la optimización de la producción estatal.

Como paréntesis, cabe mencionar que desde tiempo atrás el discurso de los generadores de opinión en materia petrolera ha sido que se debe aumentar la producción. Ahí está la trampa, puesto que el objetivo no es aumentar la producción sino la rentabilidad, cosa muy diferente. Se puede tener alta producción con baja rentabilidad, así como se puede tener menor producción con altísima rentabilidad. El enfoque del incremento de producción apunta a justificar la privatización, el enfoque de aumentar la rentabilidad apunta a la optimización de la producción estatal.

Volvamos a Auca. ¿Cuál es el negocio de la contratista? Cobrar una tarifa por cada barril producido a cambio de las famosas inversiones para incrementar la producción. Dato curioso es que para 2022, el campo tuvo una producción cercana a la de 2015, con aproximadamente 73 mil barriles por día. ¿Cómo resultó ese negocio para el Estado? En una enorme pérdida de rentabilidad. A continuación, se muestran los costos totales de producción según Petroecuador en cada campo, por año:

Se puede observar como en 2015 el costo total de producción del barril de petróleo era bastante similar para ambos campos, siendo el de Auca inclusive un poco más bajo. Sin embargo, el contrato con Schlumberger hizo que el costo de producción en Auca casi se duplique inmediatamente en el año siguiente, mientras la gestión de la empresa estatal hizo que el costo de Sacha disminuya drásticamente. Si comparamos el costo promedio del período 2017 – 2022, encontramos que al estado le cuesta 6.53 dólares producir un barril de petróleo en Sacha, mientras que en Auca le cuesta  29.92 dólares, es decir, 358% más. Esta diferencia se la lleva la contratista.

Según “los expertos” esta situación se compensa con mayor producción en Auca. En el período 2016 – 2022 Auca produjo en total 182 millones de barriles de petróleo, mientras Sacha produjo 172 millones de barriles. Pero esta ventaja en apariencia, es en realidad un perjuicio cuando se compara la renta obtenida con dicha producción. Como el petróleo no es una mercancía infinita, la mayor producción de Auca implica que vendimos un mayor porcentaje de nuestras reservas con menor rentabilidad para el Estado. Para entender, miremos la renta petrolera por año en cada uno de los campos.

Antes de entregar el campo Auca, la renta petrolera para el estado en ambos campos era bastante similar, inclusive en Auca era un poco mayor. A partir del primer año con la empresa privada en Auca, el estado pierde drásticamente rentabilidad en comparación con Sacha. Si comparamos el valor de renta acumulada en el período 2016 – 2022, encontramos lo siguiente:

El estado recibió 3507 millones de dólares menos en Auca que en Sacha, a pesar de que Auca produjo 10 millones de barriles más. Esto significa en promedio 501 millones de dólares menos cada año, suficiente para incrementar las inversiones que necesita realizar Petroecuador. ¿A quién benefició esto? Según las cifras, a la empresa privada.

Veamos qué dice el SRI. Según los datos públicos, el Consorcio Shaya S.A. reportó del 2016 al 2022 un aproximado de 1150 millones de dólares en utilidades. Además, Schlumberger (que brinda servicios a Shaya y es parte mayoritaria del consorcio) reportó 742 millones de dólares en utilidades en el mismo período. Con el impuesto a la salida de divisas se puede determinar que, adicionalmente, Schlumberger sacó del país cerca de 1210 millones de dólares de 2016 a 2022.

Volviendo a la comparación entre Auca y Sacha, en buen romance esto significa que la pretensión del Presidente por entregar Sacha a la empresa privada, solo significará regalar nuestras reservas y nuestra renta petrolera. Otros 501 millones de dólares por año le podría costar al estado esta decisión.

Ya lo hemos dicho antes y lo ratificamos hoy, el Gobierno Nacional debe cambiar de política petrolera pensando en el beneficio del país, no en el negocio de los privados. No hay forma en que puedan justificar con matemática, una fórmula que demuestre que entregar Sacha es beneficioso para el país. Los retamos a rebatir con sustento las cifras aquí presentadas.