COMUNICADO PÚBLICO ANTEP-001-2022
Cada 1 de Mayo, desde 1886, la clase trabajadora del mundo realiza una demostración coordinada de lucha. Es la única y más alta acción de hermandad y solidaridad, que recuerda a la patronal mundial que los trabajadores son el motor del mundo y la fuerza que cambiará la sociedad.
Mientras los trabajadores se movilizan, la patronal hace lo posible por desmovilizarla. Después de décadas de huelgas mundiales, los países optaron por establecer día de asueto el 1 de Mayo, y hoy inclusive organizan paseos, almuerzos y envían saludos a sus trabajadores, buscando convertir la fecha en agasajo.
Este principio desmovilizador se ha repetido por décadas en nuestro país, fortalecidas por campañas de terror y miedo al interior de las empresas, favorecida por la impavidez de las organizaciones sindicales entregadas a la patronal que, sin el menor reparo, acostumbraron a los trabajadores a que miren a sus asociaciones, gremios y sindicatos igual que a una empresa que brinda un servicio.
Los trabajadores piensan hoy que al pagar una cuota sindical la tarea está hecha, y que la organización sindical debe actuar como empresa y trabajar al margen de ellos para resolver sus problemas, mientras el trabajador permanece expectante e inactivo. Incluso hay organizaciones que hacen negocio de esta forma de vida, de la que salen beneficiados dirigentes, abogados y hasta funcionarios corruptos.
Este 1 de Mayo nos sirve para recordarle a la clase trabajadora que nada de lo que tenemos hoy como derechos se consiguió por “gestiones”, sino que costó sangre. Tuvieron que pasar tres décadas desde 1886 para que en Ecuador se piense en reconocer la jornada de 8 horas. Pasó medio siglo desde 1886 y recorrieron ríos de sangre trabajadora para tener un Código del Trabajo en el Ecuador. Los mártires de Guayaquil en 1922, los de la Gloriosa en 1944, de Aztra en 1977 y de la Guerra de los Cuatro Reales en abril de 1978, solo por dar algunos ejemplos, no podrían concebir que hoy esperemos sentados la garantía de nuestros derechos.
Este 1 de Mayo nos debe permitir reflexionar que la organización la constituimos todos, que solo vive mientras todos la activen. Que las cuotas sindicales no son pago por servicio, sino solo aporte individual para que la fuerza colectiva pueda movilizarse, para la prensa y propaganda de la organización, para la formación de cuadros en escuelas sindicales, para la organización y preparación de las filas trabajadoras que deben librar las batallas por sus derechos, la libertad y la democracia obrera. Que, sin la conciencia y la movilización decidida y valiente de cada trabajador, la organización será infructuosa, los derechos difícilmente se conservarán y peor aún se reconquistarán aquellos que se han perdido o se ven vulnerados.
Este día nos debe recordar que el papel de la dirigencia es organizar el debate democrático para lograr unidad de pensamiento, y con ello, unidad de acción, y que en esto, en la acción colectiva práctica, decidida y valiente está la única esperanza de los trabajadores.
Las victorias no vienen solas, SE DEBE PELEAR PARA GANAR. La fuerza de la clase patronal es grande, pues tiene al Estado de su lado, al capital y al aparato ideológico de la sociedad, y ante esto, solo nuestro número, fuerza y unidad puede hacer contrapeso.
Llamamos a los trabajadores a vencer el miedo, a MOVILIZARSE por sus derechos, por lo que les corresponde por ley y que hoy es vulnerado. A movilizarse contra las privatizaciones que se llevarán los recursos de todos a manos de pocos.
¡Organizarse es comenzar a vencer!
David Almeida Santiago Morillo
SECRETARIO GENERAL SECRETARIO DE ACTAS Y COMUNICACIONES
1 de mayo de 2022