LA VERDAD ATRÁS DEL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES: DESENMASCARANDO LAS MENTIRAS SOBRE LOS SUBSIDIOS EN EL ECUADOR

El Estado, a través de Petroecuador, produce, importa y comercializa los combustibles que mueven el país. Los ecuatorianos, al vivir en un país petrolero, tenemos derecho a beneficiarnos del ahorro que representa la producción nacional a bajos costos.

CRONOLOGÍA RECIENTE DE LAS MENTIRAS SOBRE LOS SUBSIDIOS:

En octubre de 2019, el gobierno de Moreno afirmó que se destinaba un aproximado de 1400 millones de dólares para los “subsidios” a los combustibles para el sector automotriz. Esta cifra, difundida sin determinar el método de cálculo, justificó la promulgación del Decreto 883 que, en lo fundamental, elevaba drásticamente el precio de estos derivados del petróleo y provocó 11 días de movilización nacional.

En esa misma línea, en el 2020, aprovechando la pandemia, Moreno estableció el sistema de bandas a través del Decreto 1054, que mes a mes incrementó el precio de los combustibles.

En octubre de 2021, ya con Guillermo Lasso como presidente, se congelaron los precios de los combustibles después de un incremento del 46% para las gasolinas y del 90% para el diésel.

Para junio de 2022, una nueva movilización popular presionó a la baja al precio del diésel y la gasolina extra, fijando el precio en 1,75 dólares por galón para el diésel y 2,40 dólares por galón para la gasolina extra y ecopaís.

Nuevamente, la receta implementada por Moreno en el 2020 fue puesta en marcha el 28 de junio de 2024 por el gobierno de Daniel Noboa. Desde esa fecha, las gasolinas extra y ecopaís entraron en un sistema de bandas que liberará su precio mes a mes hasta eliminar un subsidio inexistente.

Estas medidas que no buscan otra cosa que cumplir con las recetas del Fondo Monetario Internacional y entregar el negocio de la importación de combustibles a manos privadas, han sido adoptadas, de manera sistemática, por tres diferentes gobiernos, a pesar de que los trabajadores de la energía y el petróleo expusimos con claridad las verdaderas cifras de los famosos “subsidios”.

Esto último se confirma con dos decretos de dos gobiernos distintos: el primero, el Decreto 1158, emitido en septiembre de 2020 durante el gobierno de Moreno, autorizó a las empresas privadas la libre importación de combustibles; el segundo, el Decreto 325, de julio de 2024 bajo el gobierno de Noboa, eliminó el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) para todas las actividades financieras derivadas de la importación de combustibles.

Los capitales privados han esperado pacientemente la elevación del precio de los combustibles para finalmente hacerse del jugoso negocio.

LA MATEMÁTICA NO MIENTE: EL VERDADERO VALOR DE LOS SUBSIDIOS

Históricamente, nos han hablado del subsidio a los combustibles y el gas de uso doméstico, utilizando una fórmula simplista que multiplica el precio internacional por la demanda nacional y resta el precio de venta al público. Incluso se ha llegado a la desfachatez de presentar el valor de los subsidios como el equivalente al costo de importación, como si el combustible se regalara en el mercado interno.

Sin embargo, ninguno de los gobiernos ha explicado por qué se utiliza este cálculo simple, especialmente considerando que Ecuador es un país petrolero que (a la fecha de este artículo, 2024) refina el 35% de la demanda nacional de combustibles y también exporta un significativo volumen de derivados.

ANTEP, a partir de datos oficiales de la estatal Petroecuador, desde 2019, ha analizado los costos e ingresos del proceso completo de refinamiento, transporte y comercialización de los derivados del petróleo, por lo que hoy, podemos presentar las cifras desde 2019 hasta 2023.

¿Cómo se calcula? En Ecuador, los combustibles para satisfacer la demanda nacional se obtienen a partir de dos procesos:

1. Refinación de petróleo en los tres principales complejos del país (Esmeraldas, Shushufindi y La Libertad) del que se obtienen no solo gasolinas y diésel, sino también otros productos como fuel oil, asfalto, solventes, GLP, Jet A-1,  AVGAS, lubricantes, nafta base, gas natural, gas natural licuado, residuo crudo, azufre y gasóleo
2. Mezcla de derivados producidos localmente con naftas importadas.

Por tanto, para determinar los costos en los que incurre el Estado para satisfacer la demanda interna, debemos incluir en el cálculo el costo de producción de la materia prima (en estos cálculos están incluidos los costos de inversión), el petróleo, su transporte, refinación y comercialización, así como los costos de importación de derivados para mezclas. Comparando este total con los ingresos por ventas, se obtiene el valor global de los subsidios, que, como demostraremos más adelante, son inexistentes hasta 2021.

Es importante considerar que el petróleo que se carga en las refinerías debe calcularse con el costo de producción de Petroecuador, no al precio internacional. Ecuador, siendo un país petrolero, tiene bajos costos de producción de crudo y cuenta con tres refinerías para producir derivados de petróleo.

Ahora, como primer paso, se deben determinar los costos de refinación para cada año, lo que se puede observar en el siguiente cuadro:

(Fuente: Informes estadísticos de Petroecuador 2019 – 2023. Última actualización, junio 2024)

De los informes estadísticos de Petroecuador para cada año también se obtiene los costos de importación, los ingresos por venta interna (a precios regulados) y exportación de derivados. Esto último debido a que algunos de los derivados del proceso de refinación no son demandados localmente, pero sí a escala internacional, como el jet fuel, el gasóleo y el fuel oil. Con estos nuevos datos, se obtiene el siguiente cuadro de la balanza global de los combustibles (incluye todos los combustibles, inclusive gas de uso doméstico):

(Fuente: Informes estadísticos de Petroecuador 2019 – 2023. Última actualización, junio 2024)

Con los datos antes presentados, podemos llegar a varias conclusiones. La principal es que, desde 2019, antes de la liberación de los precios de los combustibles, no existía subsidio, situación que se extiende hasta el 2021.

En 2019, el balance final del proceso registró una utilidad de USD 152,52 millones para Petroecuador. Esta cifra aumentó a USD 280,27 millones en el 2020 y a USD 683,59 millones en el 2021.

En 2022, debido al alto precio del petróleo y las naftas que se importan a precio internacional, sumado a la rebaja del precio de venta interno del diésel y la extra en junio, se tiene por primera vez un subsidio que llega a 752.53 millones de dólares. Para 2023, como se reduce el precio internacional del petróleo y por consiguiente de las naftas, el valor del subsidio baja a 271.87 millones de dólares.

AUMENTO EN LA CAPACIDAD DE REFINACIÓN: LA CLAVE PARA MEJORAR EL FLUJO DE LA CAJA FISCAL SIN SUBIR EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES

El proceso de producción de derivados para satisfacer la demanda interna se autosustenta a partir de la comercialización de todos los productos obtenidos, a pesar de que la eficiencia de refinación en nuestras plantas es baja. Por tanto, la solución para incrementar flujo en la caja fiscal no radica en elevar el precio de los combustibles, sino en mejorar la capacidad de refinación de nuestras plantas, es decir, reducir costos. Producir nuestros propios combustibles cuesta aproximadamente cuatro veces menos que importarlos.

No es correcta la afirmación de que el Estado está “regalando” combustibles. Simplemente estamos aprovechando nuestros recursos para mantener estables los costos de la energía, lo que, a su vez, estabiliza los costos de la producción y transporte nacional de bienes y servicios.

El incremento en los precios de los combustibles significa, en la práctica, que la mayoría de la población subsidia a los grandes grupos económicos que buscan hacerse del negocio de la importación de combustibles y también, de aquellos grupos que evaden el pago de impuestos o han recibido constantes y recurrentes exoneraciones tributarias.

Esta medida, al igual que el reciente aumento del IVA, afecta directamente a la mayoría de la población y revela el interés de grandes grupos económicos en aumentar sus márgenes de ganancia mediante la importación directa de combustibles, beneficiándose de un mercado interno liberado, incluso con el uso de instalaciones estatales para su negocio.