
Dirigente sindical argentino del gremio Luz y Fuerza.
Marxista, antiimperialista, antipatronal y antiburocrático, fue referente de los trabajadores consecuentes del continente.
Fue protagonista del “Cordabazo” en 1969, como se conoció a la rebelión popular contra la dictadura argentina.
Fue encarcelado y liberado por presión popular, murió en la clandestinidad por la persecución de la dictadura en 1975, producto de una enfermedad.
“Donde funcionan conducciones democráticas, combativas o revolucionarias, hay que defenderlas hasta sus últimas instancias y consecuencias. Donde no existen, hay que luchar para recuperar a las organizaciones, para ponerlas al servicio de los trabajadores y de la liberación”
Ha surgido en distintos lugares el concepto de que los sindicatos son un apéndice del sistema que nosotros combatimos y queremos cambiar. Esta afirmación debe ser perfectamente aclarada.
Los sindicatos históricamente, no son el apéndice del sistema, sino que nacieron como respuesta a la explotación de un mundo eminentemente liberal. Las organizaciones sindicales fueron prohibidas, sus militantes perseguidos y encarcelados so pretexto de que conspiraban contra la libertad de trabajo, contra el libre juego de la oferta y la demanda, contra la libre iniciativa, y toda la historia de estas luchas del movimiento obrero organizándose se llama: “sindicalismo”.
Está teñida de sangre, de sacrificios, porque estas instituciones del movimiento obrero eran lo que expresaban las luchas por las reivindicaciones de carácter particular y general de los trabajadores.
Ahora bien, el sistema evidentemente pretende transformarlos, usando a sus dirigentes traidores, para ponerlos a su servicio llevando en sí a toda la masa trabajadora. Eso es verdad, pero es completamente distinto que los sindicatos sean un apéndice del sistema como para que debamos renegar de ellos y dejar que sean usados por el sistema para frenar las luchas del sindicalismo. […]
[…] Claro que la cuestión es de hombres y de relación de fuerzas, porque el proceso de domesticación no parte de la dictadura en sí, sino de la predisposición de los tránsfugas del sindicalismo que habitualmente se alían y hacen componendas con los detentadores del poder para obtener status, nivel muy particular en el cual creen haber realizado su destino como hombres. Todo lo cual significa […] la corrupción en la lucha política y en la lucha sindical que aliados al poder y a las patronales determinan que esas instituciones no cumplan el rol fundamental que deben cumplir.
Estas intervenciones nos indican que ellos consideraron que el sindicalismo tiene un valor y por eso, y por todos los medios tratan de tomarlo y de ponerlo a su servicio. Entonces nosotros nos preguntamos si es lógico dejar de luchar por la recuperación de los sindicatos y ponerlos al servicio del movimiento obrero o si la medida que debemos adoptar es que los sindicatos no sirven más ya, y hay que dejárselos a los participacionistas y al gobierno porque nosotros en esa escena, en ese campo no tenemos nada más que hacer…
[Texto tomado de la conferencia pronunciada por Agustín Tosco en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral a invitación del Centro de Estudiantes de Derecho – 19/09/1970] Texto completo disponible en: http://www.agustintosco.com.ar/19-09-1970.htm