VENCER EL MIEDO
Desde el nacimiento de las organizaciones obreras en el siglo XIX, el miedo ha sido la política patronal para romperlas o debilitarlas.
La relación laboral, contrario a lo que afirma el discurso liberal, es en realidad desigual. No existe efectiva libertad del trabajador para negociar las condiciones de trabajo. En la práctica la patronal impone las condiciones, y el trabajador es solo “libre” de escoger entre tener la fuente de sustento o no tenerla.
Esto se evidencia claramente en la cotidianidad: “Si no está conforme, es libre de irse”; “agradezca que tiene trabajo”; “tener trabajo hoy, es un privilegio”; o la reciente, “si gana más de 550 dólares pertenece al 50% más rico del país”; son solo algunas de las frases que se repiten constantemente y retumban en la cabeza de los trabajadores, buscan-do que se arrodillen y desistan del reclamo de sus derechos.
Ese mismo miedo lleva a que los trabajadores duden en constituir organizaciones, o afiliarse a las que constituyeron quienes ya vencieron el temor. El trabajador debe entender que el primer paso para vencer, es precisamente derrotar el miedo y afiliarse junto con sus hermanos. Aquí, cobra sentido la consigna:
¡Organizarse es comenzar a vencer!